Despidos

Análisis Jurídico: Consecuencias de la Transgresión de la Buena Fe Contractual

En el ámbito del derecho laboral español, uno de los elementos fundamentales que rigen las relaciones entre trabajadores y empleadores es el principio de buena fe contractual. Este fundamento jurídico, esencial en cualquier contrato de trabajo, establece la necesidad de que ambas partes actúen con honestidad, lealtad y respeto mutuo durante la vigencia de la relación laboral. La transgresión de la buena fe contractual es una de las causas que pueden motivar la finalización del contrato de trabajo, acarreando consecuencias significativas tanto para el empleador como para el trabajador. Este análisis jurídico tiene como objetivo profundizar en las consecuencias de dicha transgresión, enfocándonos en la normativa, jurisprudencia y doctrina aplicables para dilucidar los efectos que dichas conductas pueden provocar en el ámbito del derecho laboral en España.

## Definición y alcance de la buena fe contractual

La buena fe contractual se entiende como el comportamiento que se espera de las partes durante la ejecución de un contrato de trabajo, basado en la confianza mutua, la honestidad y la lealtad. Este principio se encuentra implícito en cualquier contrato laboral, aun cuando no esté expresamente mencionado, y su trasgresión implica una violación de los deberes fundamentales que dicha relación laboral impone.

En términos jurídicos, la buena fe se encuentra recogida en el artículo 20.2 del Estatuto de los Trabajadores, el cual establece que el trabajador está obligado a realizar las tareas correspondientes con la diligencia y eficiencia que se derivan del principio de buena fe contractual. Asimismo, el artículo 5.a) del mismo texto legal recalca como uno de los deberes básicos del trabajador el cumplimiento de las obligaciones concretas de su puesto de trabajo, de acuerdo con las reglas de la buena fe y diligencia.

## Incumplimiento y consecuencias para el trabajador

### Despido disciplinario

Cuando un trabajador incurre en actos que van en detrimento de la buena fe contractual, se puede enfrentar a la sanción más severa dentro del espectro disciplinario: el despido disciplinario. El artículo 54 del Estatuto de los Trabajadores contempla como causa justa de despido las transgresiones de la buena fe contractual, detallándose algunos ejemplos como el abuso de confianza en el desempeño del trabajo o la disminución continuada y voluntaria en el rendimiento.

La jurisprudencia del Tribunal Supremo ha sido explícita al interpretar dicho artículo, considerando el despido disciplinario como ajustado a derecho cuando se acredita fehacientemente que el trabajador ha llevado a cabo conductas que suponen una violación flagrante de la buena fe contratual. Sin embargo, para que el despido sea considerado procedente, es requisito indispensable que el empleador pruebe de manera incontrovertible el incumplimiento por parte del trabajador.

### Indemnizaciones y sanciones

La transgresión de la buena fe contractual por parte del trabajador no solo puede derivar en despido disciplinario sino también en la imposibilidad de acceder a ciertas prestaciones económicas derivadas del despido. Específicamente, el trabajador podría ver limitado su derecho a indemnización por despido, así como la capacidad de percibir el paro o prestaciones por desempleo, dependiendo de la gravedad de la conducta y de las circunstancias concurrentes.

## Incumplimiento y consecuencias para el empleador

### Reclamaciones y sanciones

Por otro lado, la transgresión de la buena fe contractual por parte del empleador puede conducir a distintas consecuencias jurídicas. Principalmente, el trabajador afectado estaría legitimado para solicitar la extinción del contrato de trabajo por causa justificada, amparado por el artículo 50 del Estatuto de los Trabajadores, que contempla como motivo para solicitar dicha extinción, entre otros, la vulneración por parte del empleador de sus obligaciones contractuales.

En dicho contexto, si se demuestra que el empleador ha vulnerado el principio de buena fe, el trabajador no solo podría optar por la extinción del contrato sino también sería acreedor de una indemnización por daños y perjuicios, cuyo montante dependerá de la gravedad de la transgresión y del daño efectivamente causado.

Además, el empleador podría enfrentarse a sanciones administrativas, dependiendo de la naturaleza y gravedad de la conducta, establecidas por la legislación en materia de infracciones y sanciones en el orden social.

## Jurisprudencia relevante

La interpretación de la normativa en relación con la transgresión de la buena fe contractual ha dado lugar a numerosas resoluciones judiciales. En este sentido, la jurisprudencia del Tribunal Supremo ha establecido criterios claros sobre las conductas que pueden considerarse violatorias de dicho principio, enfatizando la necesidad de un análisis casuístico de cada situación. Este Alto Tribunal ha subrayado en varias sentencias que la gravedad de la transgresión y su impacto en la continuación de la relación laboral son aspectos determinantes para calificar un despido como procedente o no.

Una de las aportaciones más significativas de la jurisprudencia en este ámbito es la consideración de que no cualquier incumplimiento contractual justifica la aplicación de la máxima sanción laboral, como es el despido disciplinario. Además, se recalca que para que proceda dicha sanción, el incumplimiento debe ser grave y culpable, debiendo ser evaluada cada situación en concreto, con pleno respeto a los principios de proporcionalidad y razonabilidad.

## Conclusión

La transgresión de la buena fe contractual es una figura compleja que puede tener profundas implicaciones en la relación laboral. Tanto trabajadores como empleadores deben ser conscientes de sus obligaciones y derechos en este ámbito, evitando incurrir en conductas que puedan ser consideradas violatorias de dicho principio. A la luz de la normativa vigente y la jurisprudencia aplicable, es fundamental un comportamiento guiado por la confianza, el respeto mutuo y la lealtad, pilares sobre los que se sustenta cualquier relación laboral sana y productiva. La prevención, la formación y el asesoramiento legal son herramientas clave para evitar conflictos y garantizar el pleno cumplimiento de las obligaciones contractuales, en pro de una convivencia laboral armoniosa y eficaz.

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